domingo, 29 de mayo de 2011

REFLEXIÓN

¿Qué es esto que siento? No es agradable, más bien todo lo contrario. Desearía con todas mis fuerzas no sentirlo ni un segundo más. 
¿Es rabia? ¿Es ira? ¿Tal vez miedo? No estoy segura.
Miro por la ventana e intento distrarme. 
El sol me achina los ojos, me impide ver con claridad. La suave brisa me despeina con sigilo, como si de una caricia se tratara. En mis ojos una lágrima se asoma tímidamente, con miedo a salir.
Y en ese mismo instante me doy cuenta de que estoy llorando. Esa lágrima era un simple aviso de lo que vendría después. 
Me enfado conmigo misma. No quiero llorar, no debo hacerlo. No sirve de nada, es un sufrimiento innecesario. Pero esa sensación lo único que me provoca es un llanto más sofocado. 
Ahora el mar no puede detenerse...



Cuantas cosas rondan mi cabeza. Me siento sola, más sola que nunca. Soy una incomprendida, todo a mi alrededor me parece injusto. Creo que el mundo está contra mí, y no entiendo por qué.
"¿Qué he hecho yo para merecer esto? ", me pregunto una y otra vez en mi interior.
No tengo una respuesta a esa pregunta, y de hecho no creo que esa pregunta lleve a ningua parte. En ese momento soy una simple víctima que tristemente se lamenta en soledad.
La impotencia me domina, desearía estar soñando. Me encantaría ser otra persona, vivir lejos de donde estoy, empezar de cero.
En ese momento no soy dueña de mí misma y me encantaría dejarme llevar por lo que sea, pero cambiar ese dolor por cualquier otro sentimiento.

Me limpio las lágrimas que han empapado mi rostro. Intento controlar mi respiración. Alejo todos esos pensamientos y miro el cielo azul. Es tan hermoso... transimite tanta tranquilidad y sosiego...
Las nubes blancas de algodón se mueven lentamente al ritmo del viento. Y mi mente, por un momento, se queda totalmente en blanco.
Ahora todo parece cobrar un nuevo sentido. 
Una melodía lejana llega a mis oídos. Intento adivinar de qué canción se trata. Cuando lo averiguo, esbozo una pequeña sonrisa. 

Puede que al fin y al cabo no fuera para tanto. Es más, tengo que estar feliz por todo lo que tengo y conservo. Pienso en aquello que me hace feliz, en que no vale la pena desperdiciar el tiempode esa manera.
Sé que ha sido un momento pasajero, y que por muy mala que pueda llegar a ser la situación, puede mejorar. Mi mente enfoca desde otra perspectiva. Los pensamientos positivos nacen y se desarollan poco a poco, llevándome lejos de donde estaba al principio.

Un pájaro atraviesa el cielo, libre y sin complejos ni preocupaciones. Sí,  a veces me gustaría ser como ese pájaro... y volar lejos de aquí sin ataduras ni problemas a los que atender. Pero si pudiera elegir, seguiría siendo yo misma. Pues únicamente se puede disfrutar de los buenos momentos cuando has pasado por otros que no lo han sido. Sólo así aprecias todo cuanto tienes a tu alrededor. Sólo así puedes entender verdaderamente en qué consiste la felicidad.

La felicidadad es un sentimiento como los demás, pero tan especial que por ello solo aparece temporalmente, en ocasiones, no siempre estará ahí...
Tras esta reflexión me tranquilizo, miro de nuevo el cielo y, aunque suene contradictorio, en ese momento y a pesar de todo, me siento muy FELIZ :)

No hay comentarios: