¿Cómo saber si actúas bien o mal?
¿Qué es lo correcto en cada situación?
¿Cuándo algo es objetivo y cuándo no?
Antes de actuar siempre piensas las consecuencias que puede llegar a tener la decisión que tomes. Intentas crear una balanza, por una parte con los aspectos positivos, por otra, con los negativos. Una vez planteado el problema y las posibles soluciones llega la hora de la elección.
Una sola elección puede cambiar tantas cosas... Y a veces no eres consciente de ello.Casi siempre decides pensando en qué es lo mejor para ti, pero ¿y si no lo sabes realmente? Puede que pienses que algo te conviene, cuando en verdad es totalmente al contrario. ¿Cómo darte cuenta de que te estás equivocando? ¿Pidiendo consejo? No, es imposible.
Estás diseñado para errar, para tropezar y caer millones de veces. No importa cuantas veces reflexiones y desde cuantas perspectivas mires el problema, porque jamás podrás evitarlo. Caerás, una vez, y dos, y tres... Pero eso no es significativo. Lo que importa es tu capacidad de aprender de los errores, para no volver a cometerlos jamás. Es tu fuerza para levantarte, tu coraje, tu valor para impdedir que el miedo a volver a equivocarte no te haga cambiar lo que hay dentro de ti.
Puede que con tus decisiones perjudiques a gente que quieres y que te quiere, sí.
Y debes pensar siempre en los demás, sí.
Quieres estar en paz con ellos, sin tener conflictos, hacerles felices, sí.
Pero recuerda que es TU vida y la de nadie más. Que solo tú puedes decidir por ti.
No hagas algo por obligación si realmente no lo sientes. Actúa con el corazón siempre, dejando que la conciencia te guíe, pero que no te manipule.
Vive en armonía con esas personas que significan tanto para ti, piensa en ellos en cada decisión que tomes, pero no olvides que debes actuar siempre por ti mismo, sin influencias de ningún tipo. Solo así podrás saber realmente qué es lo mejor para ti.
Pregúntale a tu corazón, deja razonar a tu mente, ve más allá de lo que ven tus ojos. Solo de esta forma podrás tomar la elección acertada.
No pienses en el bien y el mal como conceptos antónimos porque no lo son.
Porque la línea que los separa es totalmente discontínua y no existen fronteras delimitadas entre ambos. Son ideas relativas, siempre subjetivas.
Nunca podrás saber a ciencia cierta si haces bien o haces mal. Podrás actuar bien para ti y mal para los demás y perfectamente al contrario. Pocos actos pueden considerarse como "buenos" o como "malos", al igual que las personas.
Ser bueno significa encontrar un equilibrio entre tus sentimientos, mezclándose en ellos tanto los positivos como los negativos. No dejando que te dominen estos últimos, pero dejándolos fluir. Porque el mundo es así, un chaos de energía en equilibrio. Expandiéndose sin control, pero manteniendo cierto orden. Donde las decisiones implican acontecimientos, consecuencias: orden o chaos.
Siempre eres libre en tus elecciones, no lo olvides ni dejes que te priven de ello. Tú y solo tú eres el dueño de ti mismo.
¿Qué es lo correcto en cada situación?
¿Cuándo algo es objetivo y cuándo no?
Antes de actuar siempre piensas las consecuencias que puede llegar a tener la decisión que tomes. Intentas crear una balanza, por una parte con los aspectos positivos, por otra, con los negativos. Una vez planteado el problema y las posibles soluciones llega la hora de la elección.
Una sola elección puede cambiar tantas cosas... Y a veces no eres consciente de ello.Casi siempre decides pensando en qué es lo mejor para ti, pero ¿y si no lo sabes realmente? Puede que pienses que algo te conviene, cuando en verdad es totalmente al contrario. ¿Cómo darte cuenta de que te estás equivocando? ¿Pidiendo consejo? No, es imposible.
Estás diseñado para errar, para tropezar y caer millones de veces. No importa cuantas veces reflexiones y desde cuantas perspectivas mires el problema, porque jamás podrás evitarlo. Caerás, una vez, y dos, y tres... Pero eso no es significativo. Lo que importa es tu capacidad de aprender de los errores, para no volver a cometerlos jamás. Es tu fuerza para levantarte, tu coraje, tu valor para impdedir que el miedo a volver a equivocarte no te haga cambiar lo que hay dentro de ti.
Puede que con tus decisiones perjudiques a gente que quieres y que te quiere, sí.
Y debes pensar siempre en los demás, sí.
Quieres estar en paz con ellos, sin tener conflictos, hacerles felices, sí.
Pero recuerda que es TU vida y la de nadie más. Que solo tú puedes decidir por ti.
No hagas algo por obligación si realmente no lo sientes. Actúa con el corazón siempre, dejando que la conciencia te guíe, pero que no te manipule.
Vive en armonía con esas personas que significan tanto para ti, piensa en ellos en cada decisión que tomes, pero no olvides que debes actuar siempre por ti mismo, sin influencias de ningún tipo. Solo así podrás saber realmente qué es lo mejor para ti.
Pregúntale a tu corazón, deja razonar a tu mente, ve más allá de lo que ven tus ojos. Solo de esta forma podrás tomar la elección acertada.
No pienses en el bien y el mal como conceptos antónimos porque no lo son.
Porque la línea que los separa es totalmente discontínua y no existen fronteras delimitadas entre ambos. Son ideas relativas, siempre subjetivas.
Nunca podrás saber a ciencia cierta si haces bien o haces mal. Podrás actuar bien para ti y mal para los demás y perfectamente al contrario. Pocos actos pueden considerarse como "buenos" o como "malos", al igual que las personas.
Ser bueno significa encontrar un equilibrio entre tus sentimientos, mezclándose en ellos tanto los positivos como los negativos. No dejando que te dominen estos últimos, pero dejándolos fluir. Porque el mundo es así, un chaos de energía en equilibrio. Expandiéndose sin control, pero manteniendo cierto orden. Donde las decisiones implican acontecimientos, consecuencias: orden o chaos.
Siempre eres libre en tus elecciones, no lo olvides ni dejes que te priven de ello. Tú y solo tú eres el dueño de ti mismo.