¿Por qué a mí? ¿Qué he hecho yo para merecer esto?
Son preguntas que todos, tarde o temprano nos llegamos a plantear.
Y es que la vida nos da muchos momento alegres e inolvidables que nos hacen sentir felices cuando los recordamos, pero también nos regala ,sin nosotros haberlo pedido, situaciones desagradables. Donde l vida nos pone a prueba esperando ver nuestra reacción, para ver si somos capaces de afrontar el problema o no. Para comprobar si somos fuertes, si nos podemos levantar impunes tras una enorme caída al vacío.
Muchas veces se aplica a Dios, ese ser supremo e invisible que todo lo crea y controla, la responsabilidad de nuestras alegrías y desgracias. Pero yo no creo que un dios nos castigue o nos premie por nuestros actos.
Si de verdad existiera ese dios tal y como lo describen, ayudaría a quien lo necesita de verdad. No existiría la injusticia. Las buenas personas no serían las que más sufren en este mundo.Por desgracia, no es así.
Tampoco creo en el destino... al menos no completamente. Porque creo que una persona es totalmente libre, que siempre tiene una elección.Una elección que tendrá sus consecuencias, y que puede determinar todo su futuro, por insignificante que parezca. Sin embargo, hay una fuerza que está ahí, invisible a los ojos de las personas. Algo que crea y destruye caprichosamente, sin tener en cuenta nada más que su naturaleza. Una energía que se mueve por todo el universo y nos convierte en simples peones de un juego muy complicado, que es vivir y sobrevivir. Algunos lo llaman suerte, otros destino. O simplemente casualidad.
Yo creo que hay algo más, me gustaría pensar que todo ocurre por una razón... Que la vida a cada uno nos quiere enseñar una lección. Pero a veces son tan injustas y horribles las situaciones que deben afrontar inocentes personas, que alejo esa idea de mis pensamientos.
Y entonces me lamento, porque sé que nunca comprenderé de qué se trata. El significado de la vida...
La gran pregunta histórica que seguirá siempre ahí, en la mente de todos y cada uno de nosotros.
Así que, debemos tratar de vivir con lo que nos ha tocado, disfrutar de las cosas buenas que nos lleguen en la vida y tratar de sentirnos bien con nosotros mismos. Tener claro que la vida puede dar muchas vueltas, y muchas veces dependerá de nuestras elecciones.
Sólo se vive una vez...